domingo, 26 de octubre de 2008

Vivir en la frontera...

Vivir entre dos o tres mundos, entre culturas diferentes, entre lenguas distintas y modos de vida diferentes. Una situación tan ambigua y a veces confusa para quienes van y vienen cruzando diariamente la frontera entre Encarnación - Paraguay y Posadas – Argentina o lo mismo entre Foz do Iguaçu-Brasil y Puerto Iguazu-Argentina.
Son un ejemplo de esta situación las “paseras”, “cuperas” o “villenas”. Mujeres de procedencia paraguaya que compran artículos en su país y vienen a venderlos en Argentina. Los productos que venden van desde frutas, indumentaria, accesorios electrónicos, hasta yuyos, legumbres y cigarrillos.
Muchas tienen ya sus puntos de venta, otras tienen sus clientes y van directamente a sus casa, en cambio otras, se recorren la ciudad casa por casa en busca de un potencial cliente.

Es una práctica social que va más allá del simple hecho de cruzar un puente para ir a vender a Argentina. ¿Qué son en realidad? Esta pregunta va más allá de lo que acredite un DNI o cédula de identidad, y lo podemos analizar desde el punto de vista que plantea Álvaro Fernández Bravo cuando conceptualiza a las fronteras como “al espacio que narra y discute a la Nación (…) donde se negocia la representación de las identidades” ¿Que quiere decir que negocian las identidades? La frontera es un espacio y tiempo que desde el siglo XIX generó debates y conflictos. La Nación, desde las fronteras intentó moldear una identidad que representara a todos.
La frontera es una zona vulnerable y ambigua, esta condición de ambigüedad no está dada por la elección del sujeto sino expuesta y denunciada por el de afuera, por el que las mira.
Son paseras y paraguayas en tanto exista un otro que las reconozca como tal, es ese otro quien pone en tela de juicio la pertenencia y la identidad de las mismas. Pero aquí se negocia la identidad por el hecho de que la persona va y viene, se mueven (en palabras de Homi Bhabha) en un espacio in between entre la identidad absoluta y la diferencia absoluta, en ese entre medio se manejan las paseras (no se limita únicamente a ellas).
Operan con un margen de maniobra que esta dado por la procedencia de otro país y por la situación ida y vuelta en la que se encuentran, donde por ese momento no son paraguayas ni argentinas, sino un entre medio de las dos culturas, para luego regresar a su identidad absoluta, donde no existe la diferencia. Vivir en frontera es vivir en un constante in between.

(1) Alvaro Fernández Bravo: Literatura y frontera. Procesos de territorialización en las culturas argentina y chilena del siglo XIX

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