jueves, 30 de octubre de 2008

Cataratas del Iguazú en el 1900 (Parte I)

Alguna vez se preguntaron ¿Cómo comenzó el turismo en las cataratas? y ¿Cómo era el servicio turístico a comienzos del siglo XX? Muchas veces no nos planteamos estas preguntas porque conocimos las cataratas tal cual son ahora, con sus pasarelas, el trencito que te lleva a los diferentes circuitos, y toda la comodidad que existe para poder disfrutar de este magnífico espectáculo natural.
Sin embargo, a comienzos del año 1900 el panorama era otro. Para esas épocas era sumamente costoso y complicado hacer turismo por estos lugares, debido a que la zona norte de la provincia prácticamente estaba despoblada.
Por lo tanto, para dar a conocer parte de lo que era el turismo en el 900 me voy a hacer, en parte, de las memorias de un gran escritor misionero Balbino Brañas quien en “Ayer mi Tierra en el Recuerdo” plasmó todo lo referente a lo que significó vivir en Misiones a comienzos del siglo XX. Y a su vez de ciertos informantes claves que me ayudaron a re-construir un relato que permanece únicamente en las memorias de los que fueron protagonistas de aquellas épocas. Si existen registros son pocos; el progreso avanzó y sigue avanzando sin importarle el pasado, se lleva por encima los recuerdos, tradiciones y memorias, pero siempre existe algún recuerdo viviente para rescatar estas historias. Veamos que nos cuenta Balbino Brañas sobre Puerto Iguazú que en aquel entonces era Puerto Aguirre.

Comisario de Policía, encargado del Registro Civil, hotelero y comerciante en ramos generales, don Leandro Arrechea desplegaba gran actividad en Puerto Aguirre, único punto de entrada para conocer las Cataratas.”
Los turistas llegaban hasta allí haciendo gala de un arriesgado espíritu aventurero y sabiendo por anticipado que les esperaba toda clase de dificultades hasta poder encontrarse con la majestuosidad de las Cataratas.
Llegados al lugar, don Leandro los recibía un poco como autoridad y otro poco como hotelero-comerciante dándoles la bienvenida a los turistas.
El hotel del puerto, en el que por lo general se pasaba la primer noche, era un caserón de madera pobremente arreglado, por cuyos intersticios se colaba el viento y los ululantes mbariguis. Al día siguiente, el “break” turístico comenzaba a prepararse desde temprano para el viaje de 18 kilómetros a través de la picada abierta en el monte”
De 10 a 12 personas cabían en el cómodo vehículo de altos estribos y mullidos asientos. Los tiraban seis caballos. Se colocaba dos animales adelante y cuatro atrás; (…) adelante se iba cortando a machete las duras lianas o enredaderas que cubrían el camino. El mayoral parado, dirigía con habilidad la marcha y un ayudante cebaba mate o daba explicaciones de la flora y fauna de la zona

Vemos hasta aquí lo peligroso que era adentrarse al monte, donde los empleados debían re-abrir la picada para poder llegar a los saltos, una aventura totalmente diferente a la de hoy en día, donde a través de senderos señalizados, o el trencito llegamos en cuestión de minutos a los circuitos superior e inferior. Veamos como sigue el recorrido:
En hora y media se arribaba a las proximidades del gran hemiciclo cuyos blancos vapores se levantaban, formando caprichosas volutas, sobre la imponente vegetación. El gran esfuerzo recién comenzaba, las pasarelas estaban formadas por troncos resbaladizos que no ofrecían ninguna seguridad y que obligaban a asirse de las plantas que emergían de los paredones próximos”.
Llegar hasta el salto Bosseti o el San Martín o bajar la gran pendiente que permitía acercarse a los tres mosqueteros, demandaba tiempo, paciencia, valor y coraje. Una vez que todo esto se había logrado, aguardaba a los viajeros otra sorpresa, el trayecto en bote desde Puerto Canoas hasta las cercanías de la Garganta del Diablo.

Sin lugar a dudas toda una aventura para este precario turismo del siglo XX donde una persona, Don Leandro, hacía de comisario, hotelero, comerciante y guía de turismo. Para los siguientes años el panorama comienza a cambiar, esto será contado en el próximo post donde sabremos cómo termina la gran aventura protagonizada por estos arriesgados turistas y donde va a aparecer una institución importante: Parques Nacionales quien comienza a regular la zona de otra manera, muy distinta a la de Don Leandro Arrechea.
Si alguien vivenció parte de estas épocas y tiene algún relato para contar sobre Iguazú en el siglo pasado, lo invito a que deje un comentario o me haga llegar por correo su dirección. Entre todos debemos re-construir la historia de Iguazú, para que no se pierda y permanezca por siempre.

domingo, 26 de octubre de 2008

Vivir en la frontera...

Vivir entre dos o tres mundos, entre culturas diferentes, entre lenguas distintas y modos de vida diferentes. Una situación tan ambigua y a veces confusa para quienes van y vienen cruzando diariamente la frontera entre Encarnación - Paraguay y Posadas – Argentina o lo mismo entre Foz do Iguaçu-Brasil y Puerto Iguazu-Argentina.
Son un ejemplo de esta situación las “paseras”, “cuperas” o “villenas”. Mujeres de procedencia paraguaya que compran artículos en su país y vienen a venderlos en Argentina. Los productos que venden van desde frutas, indumentaria, accesorios electrónicos, hasta yuyos, legumbres y cigarrillos.
Muchas tienen ya sus puntos de venta, otras tienen sus clientes y van directamente a sus casa, en cambio otras, se recorren la ciudad casa por casa en busca de un potencial cliente.

Es una práctica social que va más allá del simple hecho de cruzar un puente para ir a vender a Argentina. ¿Qué son en realidad? Esta pregunta va más allá de lo que acredite un DNI o cédula de identidad, y lo podemos analizar desde el punto de vista que plantea Álvaro Fernández Bravo cuando conceptualiza a las fronteras como “al espacio que narra y discute a la Nación (…) donde se negocia la representación de las identidades” ¿Que quiere decir que negocian las identidades? La frontera es un espacio y tiempo que desde el siglo XIX generó debates y conflictos. La Nación, desde las fronteras intentó moldear una identidad que representara a todos.
La frontera es una zona vulnerable y ambigua, esta condición de ambigüedad no está dada por la elección del sujeto sino expuesta y denunciada por el de afuera, por el que las mira.
Son paseras y paraguayas en tanto exista un otro que las reconozca como tal, es ese otro quien pone en tela de juicio la pertenencia y la identidad de las mismas. Pero aquí se negocia la identidad por el hecho de que la persona va y viene, se mueven (en palabras de Homi Bhabha) en un espacio in between entre la identidad absoluta y la diferencia absoluta, en ese entre medio se manejan las paseras (no se limita únicamente a ellas).
Operan con un margen de maniobra que esta dado por la procedencia de otro país y por la situación ida y vuelta en la que se encuentran, donde por ese momento no son paraguayas ni argentinas, sino un entre medio de las dos culturas, para luego regresar a su identidad absoluta, donde no existe la diferencia. Vivir en frontera es vivir en un constante in between.

(1) Alvaro Fernández Bravo: Literatura y frontera. Procesos de territorialización en las culturas argentina y chilena del siglo XIX

viernes, 17 de octubre de 2008

Una mirada diferente


Nos acostumbramos a ver a los “otros” a partir de la visión occidental. Fue desde esta óptica que tuvimos los primeros acercamientos, los primeros escritos, las primeras observaciones y fotografías de la cultura de los pueblos originarios de Latinoamérica.
Fue una visión etnocentrista que no reconocía la diversidad y la diferencia, desde esta óptica sólo era válida lo que provenía de Europa, el resto era considerado atraso y barbarie.
Hoy en día esta concepción eurocéntrica se esta dejando de lado, hace algunos años se habla que se esta llevando a cabo un proceso de re-surgimiento étnico. En el cual los distintos grupos étnicos de todo Latinoamérica reivindican la recuperación de sus espacios territoriales, políticos, históricos y culturales a las sociedades nacionales.
En Misiones, provincia que cuenta con más de 50 comunidades aborígenes M-Byas Guarani, se esta llevando a cabo en varias comunidades proyectos que tienen como objetivo fundamental dar a conocer esa mirada que permaneció por mucho tiempo tapada.

Una de las iniciativas es la de la Cooperativa de Trabajo y Comunicación “Productora de la tierra” junto con la Universidad Nacional de Misiones que están llevando a cabo un proyecto de extensión con los jóvenes del asentamiento Fracran y Pai Antonio Martinez para que ellos mismos sean los que muestren al mundo su cultura.
Durante los meses de mayo, junio y julio de este año, los jóvenes realizaron un taller de fotografía, los productos resultantes, se pueden apreciar actualmente en el Museo Provincial de Bellas Artes Juan Yaparí de la ciudad de Posadas.
A través de la fotografía, los jóvenes, materializaron su vida en la comunidad; por ejemplo al finalizar la caza, su habitad la selva, los ancianos, los niños, y todo su entorno, realizando ellos mismos un recorte de la realidad vivida.
También por medio de esta iniciativa, el proyecto, les está brindando todas las herramientas y conocimientos necesarios para que puedan realizar su propio cortometraje.
Por medio de la muestra vemos y conocemos la cultura M-Bya Guaraní a través de sus propias miradas; son ellos mismos los que muestran al mundo cómo se reconocen y ven como sociedad.
Una muestra que invita al conocimiento de ese ser cultural riquisimo que tiene mucho para enseñar a nuestra sociedad, con una mirada diferente, la mirada M-bya.

Miradas del joven Mbya (Texto que acompaña la exposición)

Miramos el pasado rescatando la unidad entre todos los hermanos Mbya. Antes había mas contacto a pesar de las distancias y las dificultades para llegar a las comunidades.
Miramos a los ancianos admirando su inteligencia, la oralidad que mantienen en su mente para contar las historias de los antepasados a nosotros, los jóvenes.
Ahora, en nuestro presente es todo nuevo: la televisión, la música….y eso quita tiempo para sentarse a hablar con los abuelos.
Nos miramos pensando que la unión fortalece al pueblo Mbya. Es importante para los niños que vendrán, para que ellos también se sientan orgullosos de ser Mbya y que lo puedan transmitir a las generaciones de un mundo que avanza, para que la cultura se mantenga a pesar de que el monte se termine.
Lo que transmitimos es una forma de ver las cosas y de sentirse Mbya.

martes, 14 de octubre de 2008

Los "Mesiteros" del microcentro posadeño

En esta oportunidad presento al lector una nueva categoría: Escenarios Urbanos. En la misma relateré los escenarios con los que se encuentra a diario los transeúntes de la ciudad de Posadas, Puerto Iguazú y alrededores. Lugares o prácticas que muchas veces pasan desapercibidas; pero que es importante darlas a conocer porque son parte de la sociedad.


Al caminar por las veredas del microcentro posadeño, nos encontramos en muchas de las veredas a lo que comúnmente se denomina “mesiteros” o “placeros”. Son vendedores que disponen sus productos sobre improvisadas mesas, otros sobre mantas en el piso, y otros en canastos.
Estos trabajadores, que no son ambulantes, porque siempre se los encuentra en el mismo lugar, ofrecen a los transeúntes una cantidad enorme e inimaginable de productos, que van desde frutas, verduras, yuyos, remedios, naipes, ropa interior, vestimenta, películas en DVD, accesorios, relojes, bijouteri, zapatillas, hasta algunos artefactos electrónicos como pequeñas radios, despertadores, juegos, etc.
Los lugares que son apropiados por los mesiteros son los que se emplazan cerca de los grandes supermercados, paradas de colectivos, tiendas de ropa, farmacias, restaurantes, panaderías, del microcentro, etc.
Se entiende por apropiación de un espacio público a la permanencia física en un lugar y por un tiempo prolongado en el cual la persona fija como hábito la concurrencia permanente al lugar por considerarlo estratégico a partir de una serie de intereses.
En las declaraciones obtenidas se rescató una frase común entre los mesiteros entrevistados: “Éste lugar me pertenece”, la cual esta cargada de significación y sentido y responde a dos razones: la primera de ellas tiene que ver con el tiempo que llevan ocupando ese espacio (la mayoría mas de 15 años) y la segunda es el permiso de ocupación que obtienen de la municipalidad de la ciudad.
Al hablar del espacio público y de su apropiación es inevitable dejar de lado la cuestión de la remodelación de determinados espacios del microcentro posadeño que cargan consigo la “impronta progresista”, dentro de la cual los mesiteros quedan excluidos y son obligados a trasladarse a otras calles.
En los testimonios recogidos se notó que estos vendedores más que trasladados se sienten desplazados y esto se refleja en la siguiente frase: “Antes estaba en la peatonal, pero la municipalidad me cambió de lugar. El progreso me desplazó”. Ellos dicen que no se sienten incluidos en los criterios estéticos y estilísticos que propone esta remodelación y sus cambios.

Esto es una de las prácticas sociales que se lleva a cabo en el microcentro posadeño. Son parte de la estética y del escenario urbano cotidiano, por ende, son parte de la cultura e historia de nuestra ciudad.
Se puede decir que estas veredas al ser ocupadas por un tiempo prolongado y otorgadas mediante una ordenanza municipal, hace que los trabajadores-mesiteros se sientan propietarios y sean dueños de un espacio físico que es y sigue siendo público y de todos, pero es de ellos aunque a simple vista parezcan “ocupas”.

viernes, 10 de octubre de 2008

12 de Octubre: ¿Descubrimiento o Encubrimiento?

En la educación primaria y secundaria enseñan a los chicos que el día 12 de octubre es el día que Cristóbal Colón, luego de un largo viaje, descubre el continente americano.
Crecimos convencidos de que la historia era esa que nos contaban nuestros maestros y profesores. ¿Cómo íbamos a dudar de lo que se nos impartía y enseñaba en clases si era la única y verdadera historia? Sin embargo con el tiempo surgieron otras formas de estudio (las latinoamericanas, el orientalismo, etc.) donde te das cuenta que la historia que te cuentan en la escuela no es la única, que hay otras historias que nunca fueron contadas, incluso que la que nos enseñan es una invención que responde a los intereses políticos y económicos de determinadas épocas. La que creemos que es nuestra historia, es una invención y puesta en escena de la concepción eurocéntrica, en la cual Europa es el podio en lo que respecta a progreso y civilización, al cual los pueblos latinoamericanos deben aspirar.

Veamos que sucedió cuando los europeos arribaron a tierras americanas y todo lo que ello significó.

Cuando los españoles llegaron a estas tierras no descubrieron a los pueblos que habitaban éstas zonas, sino que fueron encubiertos a partir de tres preceptos. Según Bartomeu Melia (1), "el primero de los preceptos a ser ocultado e ignorado es la cuestión del pobre referida a su cultura, hombre sin cultura. El segundo de ellos es del pagano referido a su religión, son hombres sin Dios, no adoran a nadie. Y el tercero de ellos la del bárbaro referida a su lengua. Pobres “que todo tomaban y daban; paganos que ninguna secta tenían; bárbaros que tenían que deprender fablar”. Quedó así denunciada la triple negación de América: la de su economía, la de sus religiones y la de sus lenguas y culturas.
Y es así que valiéndose de las carencias, desde lo que NO tenían estos pueblos (según la cultura europea) los españoles comienzan a escribir una historia desde su llegada. Se hace aquí presente el principio de "tábula rasa" en el cual, los pueblos indígenas eran una página en blanco que debía ser escrita por los españoles, la misión de ellos era crear y escribir una historia con caracteres cristianos para los pueblos que nada tenían.
Pero no todo salió como ellos lo esperaban debido a que los pueblos presentaron resistencias a las formas de dominación, algunos de forma violenta, otros utilizando ciertas estrategias, etc. En fin, llegado determinado momento los españoles no pudieron seguir negando que los aborígenes no tuvieran religión, cultura y lengua, se manifestaban por doquier. Entonces lo que hacen es aceptar que existe otra cultura, religión y lengua, pero que se encuentran en una posición o estadio inferior a la europea. Ya no se las niega, ni intenta sustituir sino simplemente relegarlas al puesto inferior de la vida social, cultural y política.

En esta situación vemos a dos grupos sociales humanos perfectamente diferenciados entre sí, que al entrar en contacto se descubren DOS culturas diferentes, ni mejores ni peores, diferentes, que respondieron a las exigencias del medio ambiente de manera distinta.
No es que los españoles descubrieron un lugar vacío o una "tabula rasa", en todo caso, a partir de su llegada, los hicieron visibles, los dieron a conocer al resto del mundo.
Aquí se puede hablar de una incomprensión sistemática donde el descubridor encubre lo que no entiende y lo que no quiere entender. Y no olvidemos que esta incomprensión SIEMPRE estuvo mediada por el conflicto, por la imposición que derivó en masacres de pueblos nativos, en explotación de mano de obra indígena y demás atrocidades.
Y es a partir de todo lo expuesto, a grandes rasgos, que invito a la reflexión acerca de qué descubrimiento estamos hablando, qué descubrimiento enseñan a los pequeños, qué historia merece ser contada, ¿la historia inventada o la historia real? Lo dejo para la reflexión y criterio de los lectores.


1- Bartomeu Meliá: "El don, la venganza y otras formas de economía guaraní"