martes, 14 de octubre de 2008

Los "Mesiteros" del microcentro posadeño

En esta oportunidad presento al lector una nueva categoría: Escenarios Urbanos. En la misma relateré los escenarios con los que se encuentra a diario los transeúntes de la ciudad de Posadas, Puerto Iguazú y alrededores. Lugares o prácticas que muchas veces pasan desapercibidas; pero que es importante darlas a conocer porque son parte de la sociedad.


Al caminar por las veredas del microcentro posadeño, nos encontramos en muchas de las veredas a lo que comúnmente se denomina “mesiteros” o “placeros”. Son vendedores que disponen sus productos sobre improvisadas mesas, otros sobre mantas en el piso, y otros en canastos.
Estos trabajadores, que no son ambulantes, porque siempre se los encuentra en el mismo lugar, ofrecen a los transeúntes una cantidad enorme e inimaginable de productos, que van desde frutas, verduras, yuyos, remedios, naipes, ropa interior, vestimenta, películas en DVD, accesorios, relojes, bijouteri, zapatillas, hasta algunos artefactos electrónicos como pequeñas radios, despertadores, juegos, etc.
Los lugares que son apropiados por los mesiteros son los que se emplazan cerca de los grandes supermercados, paradas de colectivos, tiendas de ropa, farmacias, restaurantes, panaderías, del microcentro, etc.
Se entiende por apropiación de un espacio público a la permanencia física en un lugar y por un tiempo prolongado en el cual la persona fija como hábito la concurrencia permanente al lugar por considerarlo estratégico a partir de una serie de intereses.
En las declaraciones obtenidas se rescató una frase común entre los mesiteros entrevistados: “Éste lugar me pertenece”, la cual esta cargada de significación y sentido y responde a dos razones: la primera de ellas tiene que ver con el tiempo que llevan ocupando ese espacio (la mayoría mas de 15 años) y la segunda es el permiso de ocupación que obtienen de la municipalidad de la ciudad.
Al hablar del espacio público y de su apropiación es inevitable dejar de lado la cuestión de la remodelación de determinados espacios del microcentro posadeño que cargan consigo la “impronta progresista”, dentro de la cual los mesiteros quedan excluidos y son obligados a trasladarse a otras calles.
En los testimonios recogidos se notó que estos vendedores más que trasladados se sienten desplazados y esto se refleja en la siguiente frase: “Antes estaba en la peatonal, pero la municipalidad me cambió de lugar. El progreso me desplazó”. Ellos dicen que no se sienten incluidos en los criterios estéticos y estilísticos que propone esta remodelación y sus cambios.

Esto es una de las prácticas sociales que se lleva a cabo en el microcentro posadeño. Son parte de la estética y del escenario urbano cotidiano, por ende, son parte de la cultura e historia de nuestra ciudad.
Se puede decir que estas veredas al ser ocupadas por un tiempo prolongado y otorgadas mediante una ordenanza municipal, hace que los trabajadores-mesiteros se sientan propietarios y sean dueños de un espacio físico que es y sigue siendo público y de todos, pero es de ellos aunque a simple vista parezcan “ocupas”.

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