lunes, 25 de agosto de 2008

Un lugar de encuentro: "A Ferinha"










Si vamos a hablar de lugares típicos, en Puerto Iguazú, no podemos dejar de hablar de la Feria o Feirinha (como la denominan los brasileros). La misma se encuentra ubicada al finalizar la Avenida Brasil del centro de la ciudad.
Es un lugar diferente en la zona, con características que marcan la diferencia con los demás comercios de la ciudad. Lugar donde uno se siente como en casa, debido a la amabilidad y el calor de su gente.
Todos los días, cuando se esconde el sol, muchas personas deciden ir a deleitarse con una rica picada y una (o varias) “geladas” (cervezas). Se podría decir que, en algunos casos, es el after de una jornada de trabajo y más seguro de los fines de semana.
Es que se hizo costumbre, y es lo típico que se suele pedir, junto con las empanadas, y algún que otro vino (para llevar) de por medio. Y no solamente es concurrida por gente de nuestra ciudad, sino que vienen muchísimos brasileros y paraguayos que vienen en busca de los mejores quesos, salames, vinos, aceites, aceitunas, duraznos y demás productos netamente argentinos.
Recuerdo que a fines de la década de los 80 la feria se encontraba en todo su apogeo, era un mundo de gente por todas partes. A mi me llamaba mucho la atención los salames colgados, la cantidad de licores exhibidos, las aceitunas rellenas y por sobre todo como quienes atendían se esforzaban por atraer a sus clientes, en un portugués perfecto gritando: “queijos, salames, aceitonas moza…por aquí”.
Luego después de unos años todo eso desapareció. La década del 90 trajo severos cambios económicos que se sintieron y repercutieron profundamente en el país, por ende en la feria. El movimiento dio lugar a la desolación.
No obstante, pasado unos años, con un país que comenzaba a emerger de la tan conocida crisis del 2001, vuelve la feria. Pocos fueron los que en un principio apostaron al re-flote de la feria, recuerdo que eran muy pocos. Sin embargo hoy en día, son varios los feriantes que exhiben sus puestos en esta zona. Se puede decir que transita por un ciclo estable y de relativo auge.
Estéticamente es un lugar a-típico de los que comúnmente estamos acostumbrados a comprar. No bien se llega a la feria, comenzamos a ver salames de todos los tamaños colgados, en las mesas hay fuentes con aceitunas rellenas con todo lo que podemos imaginarnos, ajo, palmito, morrón, queso, salame, etc. Se ven repisas repletas de latas de durazno, botellones de aceite de oliva, nueces, frutas secas, un verdadero mercado tradicional. En lo que respecta a infraestructura, los locales en su mayoría son de madera, unos más prolijos que otros, pero locales en fin. Y los locales que dan a la avenida, colocan sillas y mesas en la vía pública para que sus clientes puedan deleitarse con picadas y cervezas.
Particularmente, cuando vengo a pasar unos días a Iguazú, opto por pasar un buen momento en la “Barraca da Yessy” es un puesto atendido por un auténtica brasilera, que sabe atraer y ganarse a cada uno de sus clientes. No dejo la ciudad sin haber visitado este espacio; que de a poco se esta constituyendo en un lugar y punto de encuentro nacional e internacional.
La feria hasta tiene comunidades y sitios en internet, uno de ellos se encuentra en www.orkut.com. Sus creadores son brasileros, y allí hacen encuestas al público sobre qué les gusta comer, qué aceitunas prefieren, qué productos son los que más consumen, y hasta marcan días para encontrarse entre amigos. Un lugar que se está constituyendo como medio para entablar relaciones, donde los gustos son el común denominador.
Un lugar que debe ser concurrido por todos los que pasan por aquí, es parte de nuestras vidas, es parte de nuestra historia, porque se gestó y creció desde lo popular de nuestro pueblo, de nuestra ciudad.
Un lugar donde confluyen la armonía de un atardecer, la música de algún músico callejero, la buena compañía, y el buen gusto. Un lugar para recomendar y visitar.

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