martes, 13 de enero de 2009

Igualdad para todos

Hoy leí un artículo que me sorprendió muchísimo, la nota se titulaba "Tres M-byas piden ayuda para ir a la Universidad". Sintetizando un poco, son tres jóvenes M-byás Guaraní procedentes de la comunidad de Perutí que se encuentra ubicada entre las localidades de El Alcázar y Caraguatay, que finalizaron sus estudios secundarios y que desean continuar sus estudios en la universidad. Desean cursar las carreras de Trabajo Social, Turismo y Abogacía.
Estos jóvenes, junto con la ayuda de las monjas que colaboran en la comunidad, estuvieron realizando todo tipo de gestiones para que los chicos puedan continuar sus estudios. Pero toda tentiva fue en vano, les cerraron las puertas en todas partes.

Lo que me llamó la atención del artículo es cómo ninguna organización o institución no los supo o quiso ayudar, sabiendo que el sueño de estos tres jóvenes no es tan difícil de cumplir. Porque muchas veces no hace falta acudir a los organismos oficiales para poder llevar a cabo un proyecto, porque por suerte existe gente que trabaja de manera desinteresada y ayuda al prójimo sin obtener nada a cambio más que la sastifacción y alegrías compartidas con el otro. Como lo es en este caso el grupo de voluntarios que trabaja en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNaM (ver artículo "Un ejemplo digno de admirar). Que trabaja intensamente con Antonio y Crispín, dos alumnos procedentes de la cultura M-byá Guaraní; y que para este año tienen una gran labor con otros jóvenes que decidieron emprender su paso por la universidad pública.

Es una gran verdad la que dijo Antonio el día que le realicé la entrevista, la de que los chicos una vez que terminan sus estudios secundarios no saben que hacer, porque no les hacen llegar las ofertas académicas existentes en la provincia de Misiones; porque en otras palabras a nadie le importa que estos jóvenes puedan acceder a la educación superior, porque si fuera así existirían programas y proyectos a nivel nacional. Pero no les importa y lo puedo afirmar con fundamentos, puesto que el grupo de voluntarios presentó el proyecto a Nación y nada más y nada menos fue rechazado, lo único que pedían era una financiación de movilidad para poder desplazarse por toda la provincia para captar a jóvenes para que puedan estudiar en la universidad. Sin embargo pese a no contar con la ayuda monetaria, el grupo continuó trabajando por el bienestar de los estudiantes aborígenes regulares, y por captar a otros chicos que tienen el sueño de seguir estudiando.

Por eso desde este espacio, quiero hacer conocer a este grupo, quiero que la comunidad misionera sepa que existe gente que si se interesa y trabaja en pos del bienestar de estos jóvenes que como todos, tienen ganas de superarse, esmerarse y ser alguien en esta vida. Que con fuerza y dedicación todo es posible, y que como Antonio y Crispín, estos tres jóvenes podrán cumplir con su sueño, el de ingresar a la Universidad.
Artículo en: www.territoriodigital.com/nota.aspx?c=0292436454185023

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